Mónica Schlotthauer transitó los pasillos del Congreso Nacional hasta diciembre pasado. Ahora, luego de la licencia gremial que le tocó, cambió el ámbito de trabajo legislativo por excelencia por su cotidianeidad de años: volvió a marcar con su presencia a la estación Once del Ferrocarril Sarmiento para mantener limpios los pisos.
Se trata de una mujer que es delegada de la Lista Bordó, que conduce Rubén ‘Pollo’ Sobrero, e integrante de la agrupación ‘Mujer Bonita es la que Lucha’, dentro del mismo espacio sindical, que lucha por la equidad en el trabajo vinculado a los trenes y se rebela contra la violencia de género, entre otras actividades. Su militancia política y social está vinculada al partido Izquierda Socialista y, desde allí, al Frente de Izquierda y los Trabajadores.
“Barrer trenes, andenes. La especificación es mantener la limpieza de la estación y de las formaciones y a eso me dedico”, reflexionó en conversación con Primer Plano Online. Durante la charla, Schlotthauer le bajó los decibeles a la decisión, a la que naturalizó. “Nosotros no somos trepadores ni oportunistas. Cumplí el mandato y volví al lugar en que siempre estuve y voy a seguir estando. Podemos dejar una banca, pero de camiseta no cambiamos”, enfatizó.
Con la delegada de los trabajadores y ex diputada en once!!! Mónica Schlotthauer termino su mandato y volvió a trabajar, conoces muchos casos como este, solo orgullo como ferroviario del Sarmiento y Bordo pic.twitter.com/YT9Kh5YZyz
— Rubén Dario Sobrero (@PolloSobrero) January 12, 2020
La referente gremial también ahondó los conflictos que atraviesan en la actualidad, y que esperan discutir con la nueva conducción de Trenes Argentinos, en manos del dirigente oriundo de Morón Martín Marinucci. “Estamos discutiendo condiciones de empleo. Hoy nos confirmaron que hubo dos casos de sarna en un vestuario y ordenaron el desalojo del lugar, en la estación Haedo. Además, hubo un recorte salarial por una mala liquidación, que esperamos lo puedan reponer cuanto antes, y faltan materiales para la limpieza, como lavandina y desinfectantes”, planteó.
Mónica Schlotthauer no tiene el micrófono de su banca en el parlamento nacional, pero sí cuenta en sus manos con el escobillón que le permite al usuario encontrarse con una terminal limpia. Es otro instrumento para dar la batalla diaria.