Tenía orden de captura y no podían detenerlo. Permanecía prófugo acusado de un delito que hizo rodar varias cabezas a nivel policial y municipal y que marcó un quiebre en la política de seguridad local: el crimen de Franco Vera en Morón sur el pasado 3 de enero.
Cayó Nazareno Grachot Ventresca (40), sindicado como uno de los principales responsables del búnker de la calle Santa Catalina 815, que tenía como cara visible a otro de los implicados en la causa y también detenido, Gerardo Gerónimo Vaquero (37).
Fue un control policial en la vía pública el que logró dar con el sujeto. Caminaba por la esquina de Gobernador Arana y Santa Catalina, a tres cuadras del comercio que funcionaba bajo la fachada de una verdulería y que terminó siendo desbaratado después del asesinato del inocente vecino, que nada tenía que ver con la actividad y sólo caminaba volviendo a su casa.
“Cuando personal policial lo vio caminando se acercó y le pidió su identificación. Dio un nombre y apellido falso, excusado en que no tenía el DNI encima. Pero el servicio de calle tenía su rostro y lo reconoció. Cuando lo trasladó a la comisaría saltaron sus verdaderos datos y quedó a disposición de la justicia”, precisó una fuente de la investigación.
desde el municipio y la Policía destacaron los alcances de la saturación en las calles y la permanente identificación de personas, ya sean caminantes como en vehículos
Granchot Ventresca enfrenta cargos por la comercialización ilegal de estupefacientes y ya fue indagado por el fiscal Ezequiel Lovillo, de la UFI Nº 9 de Morón. Son varias más las personas involucradas en un expediente voluminoso y separado del homicidio de Vera, por el cual el único imputado es Patricio Correa, el autor de los disparos mortales. Ese expediente ya fue elevado a juicio.
Los allanamientos tras el crimen de Franco Vera y la banda descabezada
Tras un total de 11 allanamientos simultáneos ordenados por la justicia, hubo seis detenidos en la causa por venta de drogas en Morón sur. Los procedimientos fueron ordenados por el juez de Garantías Gustavo Robles, y las detenciones estuvieron a cargo de personal de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de ese distrito.
La actividad de la organización se concentraba en dos domicilios: el primero sobre la calle Santa Catalina 815, que es el que provocó la revuelta popular tras el asesinado de Vera, y el otro sobre la calle Monseñor Solari 3112, entre Santa Catalina y Mburucuyá, una vivienda que tenía pintado en su frente la leyenda ‘Los borrachos de Morón’.
“Ese era el búnker de ‘Coty’, en donde se logró establecer que se comercializaban los estupefacientes. En realidad, toda la banda vendía en distintos puntos y operaba desde la calle Santa Catalina y ‘Coty’ tenía su propio lugar de venta”, había descripto una fuente de la investigación.
Por ese hecho están procesados Raúl Ricardo Gálvez, alias, ‘Piru’; Tomás Leonel Verón; Micaela Brizuela, alias ‘La Gorda’; Kevin Pablo Zamariani; y Rodrigo Gato, alias ‘Coty’. Ahora se sumó Granchot Ventresca.
