La investigación judicial que arrancó a raíz del hallazgo del cadáver del chofer de la aplicación Cabify Marcelo Fabián Ovelar en Isidro Casanova permitió descubrir que la adolescente de 17 años que había sido arrestada el viernes pasado tras tirotearse con la Policía en González Catán es en realidad la principal sospechosa del crimen de ese trabajador. En el medio, una trama que entrecruza marginalidad, droga, delito y un menor de diez años que quedó huérfano.
La víctima trabajaba para la app de viajes y cerca de las 22 del pasado 30 de junio se desconectó de la aplicación. ¿Cómo se supo quién estaba viajando a esa hora? Fue la propia empresa la que facilitó al fiscal Federico Medone, de la UFI temática Homicidios de La Matanza, los datos de la persona que había solicitado el traslado.
Esa misma usuaria había realizado dos viajes más también a través de la app. Entonces los investigadores se entrevistaron con ambos choferes. Uno de ellos contó que llevó a una pareja, de la que no le había gustado el aspecto pero que a él no le pasó nada. El otro conductor, en tanto, reveló que a su rodado se subió una chica, cuyas características coinciden con la descripción brindada por el otro trabajador del volante, con un muchacho.

“A ese segundo chofer le dicen que no tienen plata y le piden que se acerque a un domicilio, que era supuestamente la casa de la madre del joven. El muchacho se baja del rodado y la adolescente lo toma de atrás y le pone un cuchillo en el cuello. En eso el chico que se había bajado regresa corriendo y le pega un piedrazo en la cara. Le roban y se van, pero se olvidan en el rodado una campera ensangrentada y una billetera”, detalló la fuente consultada.
La víctima de ese ataque regresó a su casa y decidió no hacer la denuncia. Al descubrir lo que la pareja dejó arriba de su rodado tiró a la basura la campera. Dos horas más tarde recibió un llamado de la Fiscalía y contó la secuencia. “Hubo que interceptar un camión de basura, revisar bolsa por bolsa y encontrar la prenda de vestir. Efectivamente, tenía manchas de sangre de Ovelar y la billetera le pertenecía al fallecido”, agregó otro vocero con acceso al expediente.

Al profundizar la pesquisa, los investigadores corroboraron que el celular con el que la mujer accedía a la aplicación de Cabify, que era el mismo con el que contrató los tres viajes, era el que le incautaron cuando fue detenida el viernes pasado, tras un tiroteo con la Policía del que dio cuenta Primer Plano Online. Ahí también venía de robar un auto junto a otros sujetos. El geoposicionamiento del teléfono la ubica en el lugar en el que fue asesinado Ovelar.
Con todos estos datos, el fiscal Federico Medone solicitó la detención de la chica, que ya fue otorgada por la justicia de Menores por el delito de homicidio. Asimismo, giró las actuaciones a su colega Marcelo Germinario, de la UFI de Responsabilidad Penal Juvenil. En el medio, hay otro sujeto que terminó aprehendido, con una conducta difícil de calificar.
Se trata de un basurero al que la víctima fatal le pidió ayuda para que diera aviso a la Policía. Pero mientras Ovelar caía al suelo desangrado por el corte en la tráquea, Matías Rubén B. (35) se acercó para ver qué le pasaba y, una vez en el suelo del chofer, le robó el celular. El hombre terminó dando explicaciones ante la justicia y el teléfono fue recuperado, elemento clave para determinar lo sucedido. Su conducta quedó expuesta como se observa en el video que ilustra esta nota.
EL DRAMA DETRÁS DEL DRAMA
Jazmín Débora O. (17) es la joven que se encuentra a disposición de la justicia a la espera de declarar ante el nuevo fiscal de menores. Es mamá de un bebé de pocos meses de vida, que actualmente está a cargo de la abuela.
Pero la historia de Ovelar, más allá de su tragedia, también describe un drama familiar. Hace un mes había fallecido su pareja luego de pelear contra el Covid-19. Él había quedado a cargo del hijo de ella, un nene de diez años, porque su padre biológico también había fallecido víctima del temible virus. Ese chiquito había quedado al cuidado del chofer de Cabify: es decir, ahora quedó huérfano, porque perdió al papá y a la mamá, y también a la persona que lo criaba.