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lunes, diciembre 4, 2023
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Torturaron y mataron a su hermano y logró justicia tras 14 años: el conmovedor peregrinar de Mariano Duffau

Tres de los seis policías que asesinaron a Gastón Duffau en Ramos Mejía ya cumplen la condena a prisión perpetua que decidió la Suprema Corte de Justicia bonaerense luego de dos juicios en los que resultaron absueltos de manera vergonzosa. Hay dos que permanecen aún prófugos y un sexto que se suicidó en la cárcel mientras atravesaba la prisión preventiva.

“Me saqué una mochila de encima que me costó parejas, me costó grandes amores de mi vida. Cuando a mi hermano lo estaban asesinando estaba comiendo un asado con amigos. Yo era el que cuidaba a Gastón, y me lo mataron y no lo pude defender”, le contó a Primer Plano Online Mariano, hermano de la víctima fatal de un hecho que tiene varios antecedentes en democracia.

Al muchacho costó bastante encontrarlo. Es que se fue a vivir al extranjero luego de sufrir una feroz emboscada en su casa, en la que lo amenazaron y le dijeron una frase propia de los tiempos más oscuros que vivió la Argentina. “Fijate lo que vas a declarar. No te olvides que algo habrá hecho”, le dijeron con un arma en la cabeza en referencia a su hermano. Para Mariano no hay dudas de dónde provino el apriete, y el vínculo con los asesinos de su hermano es directo.

LA ENTREVISTA DE MARIANO CON PRIMER PLANO ONLINE:

“Estas prácticas nunca dejaron de existir, la Policía nunca se limpió. Yo creo que murió más gente en democracia que en dictadura a manos de la Policía. Y si no es así está bastante cerca el número de víctimas”, arriesga como análisis general de, vaya paradoja, una fuerza que supo integrar su propio padre, quien llegó a ser jefe de la Departamental La Matanza y hasta se desempeñó como comisario en la seccional 2ª de Ramos Mejía, desde donde salió el patrullero con los seis asesinos con uniforme.

LOS DOS JUICIOS

Como informó Primer Plano Online, el caso tuvo dos juicios y una sentencia definitiva que se conoció a fines de noviembre, cuando la Suprema Corte de Justicia revisó el caso y ordenó la detención inmediata de los cinco que continúan con vida. Se trata de Rubén Darío Steingruber (42), Mauro Adrián Ponti (37), Luis Alberto Acuña (60), Leonardo Ezequiel Brandan (36) y Natalio De Nardis (44), quienes había sido declarados inocentes en dos oportunidades.

El primer fallo, adoptado por el Tribunal Oral Criminal (TOC) Nº 5 de La Matanza, fue declarado nulo por Casación por carecer de “fundamentación jurídica”. En el segundo debate, ante el TOC Nº 4 de ese Departamento Judicial, los magistrados absolvieron a los imputados por un detalle absurdo: consideraron que las lesiones que sufrió Gastón Duffau fueron generadas en el trayecto que va desde el local de comidas rápidas a la comisaría y no desde la dependencia hasta el hospital. Insólito, pero tal como se lee.

Un fallo ejemplar luego de 14 años: cinco expolicías a perpetua por torturar y matar a Gastón Duffau en Ramos Mejía

“En el primer juicio fue bastante violento todo, porque en realidad fue una pantomima. Los policías estaban en connivencia con el tribunal. Ingresaron comisarios armados, se acercaban a los asesinos de Gastón y los saludaban, se reían. El segundo juicio a una de mis tías los familiares de los asesinos le metieron una patada en el culo”, recordó Mariano.

Como sea, al final del recorrido siente que puede respirar en paz, porque cumplió con el compromiso que asumió el día que enterró a su hermano de que el crimen no iba a quedar impune. Hay tres que ya están presos, pero faltan dos, que siguen prófugos: Leonardo Ezequiel Brandan (36) y Natalio De Nardis (44), que pese a tener sentencia desde 2019 nadie evitó que se fuguen. Los fueron a buscar y lógico, no estaban. Antes de caer en la cárcel, Mauro Ponti se hizo famoso, y conserva miles de seguidores en la red social Tik tok

“Gastón era contador, jugador de tenis, de ajedrez, era papá de un nene con retraso madurativo. Qué pasó por su cabeza ese día nunca lo sabremos. Él había ido a saludar a mis tíos a Ramos Mejía, luego fue al Mc Donald’s y tuvo un brote místico, porque empezó a hablar de Jesús y de Dios. Pero uno de los testigos contó que vio cómo le pegaban con la tonfa, y mi hermano sólo decía ‘mamita, papito, ayúdenme, me quieren matar’. Así que fue consciente de todo”, rememoró Mariano, a quien en varios tramos de la charla se le entrecortó la voz por el llanto.

“Por un problema psicológico, en vez de llevarlo al hospital lo llevaron a la comisaría y le ataron las piernas con su propio cinturón y le colocaron dos juegos de esposas con la excusa de que había roto un par. Mi hermano tenía el hígado explotado, cinco costillas rotas, primera y segunda vértebras rotas, ¿y así rompió un juego de esposas? ¿Era Superman? Fue inverosímil lo que nos dijeron, un insulto a la sociedad”, enfatizó el hermano de la víctima.

VOLVER A EMPEZAR (O AL MENOS INTENTARLO)

Es conmovedor escuchar el relato de Mariano. “Me enamoré tres veces en mi vida, pero perdí las relaciones por la obsesión que tuve con mi hermano para demostrar que a él lo asesinaron. Yo le pateé el escritorio a (el exgobernador bonaerense, Daniel) Scioli, porque no puedo permitir que se muera la memoria de Gastón y que se borre de la memoria colectiva todo lo que hizo la Policía en democracia”, afirma.

“VOY A VIVIR FELIZ EN TU HONOR, GASTÓN”

La vida de alguna manera supo ser sabia con su familia. No permitió que papá y mamá vivieran para ver lo que le pasó a su hermano. Pero tuvo que cargar con el peso de ese dolor y del compromiso que asumió de llegar a la verdad cueste lo que cueste. “Soy instructor de surf y recién ahora pude volver a surfear, pude estar más presente con mi hija. Molieron a palos a mi hermano y tuve que pelear contra todo para demostrar cómo fueron los hechos”, señaló en medio de la gratitud con la gente que lo acompañó en este largo peregrinar.

Y rememora una anécdota que duele de simplemente imaginarla. Es que cuando iba a visitar a su padre a la comisaría y se quedaba a dormir con él, al otro día el padre de Ponti -a la postre uno de los asesinos de su hermano- lo llevaba a la escuela con un patrullero. Es más: un día lo encontró cara a cara en la puerta de la seccional de Ramos Mejía, en una marcha, y el papá del torturador le preguntó si se acordaba de él. “Sí, vos criaste a un asesino”, le contestó Mariano. “Todo esto es una causa armada”, escuchó de los labios de su interlocutor. “No, criaste un asesino”, insistió el hermano de Gastón.

Para cerrar la charla deja una suerte de reflexión de lo que implica estar del lado de la víctima. “Toda mi familia está súper feliz. Lástima que una de mis tías, que es la que más hizo por la causa, se murió el año pasado y no pudo ver el final. Lo que me pasa ahora es que pienso que les cagué la vida a estos policías, pero todo el mundo me dice que no, que fueron ellos los que lo hicieron. Es un orgullo por un lado, pero es muy raro meter a cinco personas en la cárcel para siempre”, concluyó.

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