Se llamaba José, tenia 13 años y en los últimos meses “era otro”. “No quería salir a jugar con sus amigos” y cuando volvía a su casa “se iba a dormir sin comer”, contó su hermano Damián, quien convenció a los padres para que lo cambiaran de colegio a fin de evitar que sus compañeros siguieran cargándolo por ser “morocho”. Y así lo hicieron, pero al parecer nada cambió: tras faltar el lunes a su nueva escuela, José tomó un arma de su padre y se disparó en la cabeza.
La dramática muerte del chico, que conmueve por estas horas a la comunidad de Zárate, se produjo ayer a media tarde en el hospital Zonal Virgen del Carmen, a donde había ingresado el lunes en un “estado irreversible”. Mientras que su familia atribuyó el desenlace al acoso que José sufría por parte de sus compañeros de escuela, las autoridades escolares del distrito no descartan que pueda haber sido “accidental”.
“En la escuela anterior (la Técnica Nº 3 de Zárate) lo cargaban mucho: le decían ‘Obama’ y él sufría. Después que lo cambiaron estaba mejor, se soltaba más y hablaba más con nosotros, por eso no podemos entender lo que pasó”, contó su hermano Damián.
Lo que pasó fue que José faltó el lunes a la escuela y, al enterarse, su mamá lo reprendió. Preocupada por la posibilidad de que su hijo estuviera sufriendo una nueva situación de bullying, la mujer fue a hablar con los directivos del colegio y al regresar a su casa, en el barrio 6 de Agosto, uno de los más humildes de Zárate, encontró a José en el suelo con un disparo en la sien.
“Mi mamá no le pegó. Nunca nos pegó. Solamente discutieron: ella lo retó por haberse rateado como cualquier mamá”, dijo el hermano del chico, quien negó que su decisión tuviera que ver con ese episodio y la atribuyó directamente al acoso escolar.

Las autoridades educativas de Zárate aseguraron sin embargo no tener ningún registro de que el chico hubiera sido víctima de una situación así. “La madre solicitó el pase a la Escuela Técnica Nº1 el 8 de agosto pasado argumentando que le resultaba muy costoso pagar el transporte, ya que la escuela le quedaba lejos del barrio”, explicó el inspector de Educación Secundaria del distrito, Marcelo Sánchez.
Pero además, “investigamos en las dos escuelas si se había relevado algún episodio sostenido de acoso y no encontramos ningún registro. En ningún momento del año ni en ninguna de las dos escuelas hubo algún reclamo por acoso por parte del chico o de su familia”, dijo Sánchez, quien señaló que “aún no se ha determinado si fue un intento de suicidio o si el arma se le disparó en forma accidental”.
“Hay que esperar para entender bien qué pasó y conocer si efectivamente fue un intento de suicidio o si fue un accidente, también hay que analizar la situación en otros ámbitos de su vida. Sabemos que vivía en un barrio humilde pero no conocemos en profundidad la situación de su familia”, comentó el funcionario escolar.