El Tribunal en lo Criminal Nº 1 de La Matanza, integrado por los jueces Alfredo Pedro Drocchi, Matías Jorge Rouco y la jueza Andrea Giselle Schiebeler, condenó a prisión perpetua a los dos sujetos hallados culpables del asesinato del oficial de Policía bonaerense Iván Triveño, ocurrido el 31 de julio de 2020 en Gregorio de Laferrere.
Al joven agente, de 25 años, le dispararon un balazo en la cabeza delincuentes que intentaban robar un camión repartidor de bebidas en la puerta de un comercio ubicado en la intersección de Icalma y Esteban Echeverría, en la mencionada localidad matancera. Fue su propia mamá, que tenía un negocio enfrente del lugar del hecho, la que alcanzó a gritar “¡están robando!”.
Si que su madre se diera cuenta, Triveño salió por una puerta lateral de su casa, donde jugaba con su pequeña hija luego de llegar de su trabajo en la comisaría de San Alberto. “¡Alto, policía!”, gritó el oficial al tomar contacto con lo que sucedía. Como respuesta recibió el disparo que resultó letal tras unas horas de agonía. Silvia todavía se reprocha aquel grito, pero su familia la consuela con una verdad: “Iván murió como un héroe del barrio, defendiendo a vecinos”.
El relato de una testigo fundamental en la causa, que fue la madre de Triveño, resultó una pieza elemental para el expediente. Es que ella alcanzó a verle la cara a los asesinos, que tenían gorra y barbijo al momento del ataque, pero pudo verles bien los ojos, la nariz y la frente porque tenían el barbijo mal colocado, “a media boca, entre el labio de abajo y la pera”, según declaró. ¿Cómo olvidar el rostro de quien o quienes matan a un hijo?
Además, hubo una investigación realizada por personal de la Brigada Antisecuestros (DDI) de Morón a la banda, a la que venían siguiendo por otros hechos similares ocurridos en plena cuarentena. Y el fiscal Carlos Luppino, a cargo del juicio, convocó a obreros de una obra en construcción en la que uno de los acusados dijo estar trabajando al momento del crimen. “Es falso. Nunca trabajó en la obra. Es un conocido delincuente en el barrio”, declararon.
Con esa coartada rápidamente desmentida, se sumó que en la casa del otro acusado los investigadores hallaron armas, herramientas para adulterar autos y tenía también en la vivienda un auto con pedido de captura. Y que otro testigo que fue de vital importancia para el destino final del debate fue un vecino de la jurisdicción de la seccional 4ª de Morón sur al que le habían robado el vehículo a mano armada.
Esa víctima, cuya identidad se preserva, explicó ante el tribunal que tomó conocimiento que el auto Citroën C4 Elysee gris oscuro que le cruzaron para sustraerle su vehículo Gol Trend había sido utilizado para matar a un policía y que luego vio un video que mostraban los noticieros sobre el homicidio del policía Triveño. Y afirmó en la audiencia en la que atestiguó que las personas que aparecían allí como autoras del hecho “vestían ropas muy similares” a las que lo asaltaron a él. “Podría decirse que son las mismas personas y el auto coincide el color y el tamaño”, determinó.
José Luis Hurtado y Carlos Eduardo Bustos fueron condenados a prisión perpetua por ser considerados coautores penalmente responsables de los delitos de encubrimiento agravado, robo agravado por el empleo de arma de fuego en concurso real con homicidio agravado criminis causae, robo agravado por el empleo de arma de fuego, todos en concurso real entre sí.