Alan Bravo (20) era un joven emprendedor que desde hacía un tiempo trabajaba con su hermano. Arrancaba a las 5 de mañana todos los días y no paraba hasta las 20 recorriendo el conurbano con el camión. Se había mudado sólo hacía pocos meses y, mientras equipaba su vivienda, cumplía los sueños de la edad: uno de los grandes objetivos era tener autos de alta gama, modernos, para disfrutar paseando.
El 23 de enero de 2021, cuando llegaba a su casa ubicada en las calles Pedro Goyena y Las Heras de la localidad de La Tablada, en La Matanza, el muchacho fue sorprendido por dos delincuentes que intentaron robarle su coche. La investigación determinó que lo bajaron del vehículo, le pegaron y le dispararon porque no supieron poner en marcha el rodado, un Peugeot RCZ color blanco, que la víctima había comprado una semana antes.
“Era un auto automático y no supieron arrancarlo. Era el tercer auto que compraba: primero un Palio, luego un C3 y por último este. Y cada uno lo fue pagando con su esfuerzo. Alan era un pibe de oro, que se independizó de chico y siempre trabajó. No merecía que le pase esto”, contó a Primer Plano Online una familiar.
Al joven lo asistió un vecino, que intentó reanimarlo y dio aviso a un amigo. “Alan ya no podía hablar”, agregó la allegada que conversó con este medio. Llamaron al 911 y lo trasladaron de urgencia en un auto particular al hospital Balestrini, a donde llegó sin vida. Al nosocomio ya habían llegado su mamá del corazón y su esposo, quienes recibieron la noticia del deceso en persona. Después llegó el resto de la familia.
En el banquillo de los acusados estará sentado Daniel Mareco, quien fue capturado en la zona porteña de Ciudad Oculta, en el barrio de Villa Lugano. Le imputan el delito de homicidio criminis causa agravado por el uso de arma de fuego y robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, cuya pena en expectativa es la de prisión perpetua.
Un detalle no menor: el sujeto había salido de la cárcel, tras cumplir una condena por robo, el 29 de diciembre. 20 días después se convirtió en asesino. Cuando lo detuvieron tenía en su poder un revólver calibre 9 milímetros, que luego se comprobó fue la usada en el hecho, y llevaba la misma bermuda y zapatillas usadas en el crimen.
Además, el hermano de Mareco, Dylan, también está detenido: fue uno de los asesinos del policía Ezequiel Miño, a quien acribillaron a balazos delante de la hija y la mujer en Villa Madero el 20 de marzo de 2020.
Mareco fue el segundo arrestado en el marco de la investigación por el crimen: el primero fue L.R., un menor de 17 años que será juzgado bajo el régimen de Responsabilidad Penal Juvenil. Increíblemente, al adolescente lo apresaron a pocas cuadras del lugar en el que familiares y amigos de Bravo realizaban una marcha para exigir seguridad, en Crovara y General Paz: cayó en medio de una persecución policial que terminó en General Paz y Eva Perón, mientras conducía un VW Gol color blanco que horas atrás había sido robado en el barrio Villa 15. Portaba un revólver calibre .22.
QUIÉN ERA ALAN
En plena pandemia, el joven hizo un viaje de trabajo y se encontró con una señora llorando. Se acercó a ella con los temores propios de los contagios de aquel momento, en 2020, cuando todavía la vacuna no existía. Le preguntó por qué lloraba y la respuesta que recibió lo movilizó. “No llego a darle de comer a los chicos”, expresó su interlocutora, que tenía un comedor comunitario en el barrio.
Alan volvió amargado a su casa, pero no se quedó con la sensación: puso manos a la obra. Junto a su hermano compró mercadería y se la llevó, para que a esos nenes y nenas no le falte qué comer. Después le pidió a su mamá del corazón que lo ayude, le prepare viandas y salía por las noches a repartir comida a personas en situación de calle. Hay un video que captó un amigo suyo y que Primer Plano Online comparte con sus lectores.
“Si supieran la clase de gente que era, las cosas que hacía, nadie hubiera cuestionado que su sueño haya sido tener un auto lindo, que se compró con el sudor de su frente. Es una locura que tengamos que vivir en una sociedad con estos preconceptos. Nosotros seguimos destruidos y esperamos que Alan descanse en paz y que a los asesinos le den lo que se merecen, que le caiga todo el peso de la ley”, completó la familiar que habló con este medio y que prefiere no ser nombrada.
El juicio se llevará a cabo en el Tribunal Oral Criminal Nº 3 de La Matanza el jueves 13 y viernes 14 de octubre desde las 9 en la sede de la calle Mendoza 2417 de San Justo. La familia del muchacho estará presente clamando por justicia.