Cerró Castelar Bus y es una pésima noticia para trabajadores y usuarios, que habitualmente usaban esas combis como medio de transporte para unir el oeste del conurbano bonaerense con la Capital Federal. Se trata de una empresa que experimentó un crecimiento exponencial en los últimos años, hasta que en 2019 la crisis económica del país le pegó fuerte, por más que siguió funcionando.
La firma, además, se destacaba por la renovación permanente de su flota. Realizaba traslados desde su cabecera en zona oeste, ubicada en pleno centro de Castelar, hacia distintos puntos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También ofrecía llevar gente a espectáculos públicos o a distintos puntos turísticos. Sus oficinas comerciales, sobre la calle Timbúes 861, bajaron las persianas: quedaron en la calle 25 personas, entre conductores y empleadas administrativas.
EL TESTIMONIO DEL DELEGADO DE LOS TRABAJADORES EN DIÁLOGO CON PRIMER PLANO ONLINE
Maximiliano Santacroce, delegado de los trabajadores, explicó a Primer Plano Online que “desde que se decretó la cuarentena nos quedamos sin trabajo”. “Ya cuando fuimos a cobrar el sueldo los primeros días de abril no recibimos el depósito y lo único que recibimos fue la ayuda del gobierno, que cobramos los primeros días de mayo”, agregó.
El referente gremial contó que los propietarios de la firma son Alberto Álvarez y María Elena Ausa, y expresó que “la situación empeoró cuando nos enteramos que la empresa se llevó las camionetas y las vendió”. “Parece que se las compraron y, básicamente, nos dejaron tirados. No quieren llegar a un acuerdo o a un arreglo que nos favorezca económicamente. Están apostando a que nos cansemos y que vayamos a un juicio laboral, que no tiene sentido en este momento”, describió.
En Castelar Bus trabajaban empleados en blanco, que percibían con viático en negro, es decir, por afuera del salario. La empresa contaba con un total de diez camionetas además de un micro, y aparte de choferes y administrativos trabajaban allí personas contratadas, que aportaban sus vehículos. “A todos les quedaron debiendo”, cerró Santacroce, que aguarda una respuesta de la empresa y de las autoridades.
