Pasaron cuatro años y medio del crimen de Diego Roda y la justicia logró reunir pruebas para establecer que se trató de un caso de gatillo fácil, tal cual reveló Primer Plano Online en exclusiva desde hace ya bastante tiempo. Ahora, con las evidencias reunidas en el expediente, la luz a un caso que mantiene en vilo a la comunidad avanza por sobre la oscuridad que se pretendió echar desde el momento cero del desastre que se llevó la vida del comerciante.
La jueza de Garantías Nº 4 de Morón, Cecilia Drago, acaba de rechazar los planteos por falta de mérito impulsados por los abogados defensores de los expolicías Fernando Grané y Gerardo Gabriel San Miguel, y convirtió la detención de ambos en prisión preventiva, con lo cual llegarán tras las rejas al juicio, que todavía no tiene fecha. Todo tras la investigación realizada por el fiscal Marcelo Tavolaro, de la UFI Descentralizada Nº 1 de Ituzaingó.
La acusación que pesa sobre los exuniformados es la de coautores de los delitos de homicidio agravado por haber sido cometido por personal de una fuerza de seguridad abusando de su función reiterado en dos hechos, uno de ellos en grado de tentativa. El caso consumado es el de Roda; el otro, la tentativa, es por las dos heridas de bala que sufrió la viuda del verdulero, Virginia Tueso, en su antebrazo derecho.
A partir de esta decisión, a la que se arribó tras la reconstrucción de la que fue parte Primer Plano Online (único medio en el lugar) el caso toma otro cuerpo y se abren, asimismo, otras vertientes en el expediente. Primero, se logró la detención de uno de los delincuentes que robó la camioneta Partner Patagónica en Caseros. Se trata de Diego Aragón González, quien se había refugiado hacía ya un par de años en la provincia de San Juan y fue detenido por personal policial comisionado a la investigación.
Ese sujeto fue identificado por una huella dactilar hallada en el rodado y quedó implicado en el hecho pero acusado del delito de robo con arma de fuego cuya aptitud para el uso no pudo ser comprobada. Además, fue reconocido por la víctima del robo de esa camioneta. Con ese vehículo los delincuentes se dirigieron rumbo a Ituzaingó hasta que fueron ubicados por la Policía mediante el sistema de rastreo satelital. Entonces se inició una persecución que finalizó tras chocar y romper el rodado en la calle Aguaribay, entre Saldán y El Delta.
Allí siguieron su fuga a la carrera y se cruzaron con Roda, que salía con su esposa y su bebé de dos semanas de vida de la casa de los suegros. Alrededor de 50 segundos después de que los malvivientes abandonaron la camioneta robada, los policías llegaron al lugar e inspeccionaron rápidamente la Partner. Dos de ellos, la oficial Camila Pazos y su compañero Maximiliano Gastón Ramos, quedaron al cuidado del vehículo. Los otros, Grané y San Miguel, corrieron en dirección a la que escaparon los ladrones.
En ese entonces la víctima fatal salía del domicilio de la calle El Delta al 2.300 con su Volkswagen Vento cuando los efectivos “sin mediar ningún tipo de palabra u orden, y sin repeler agresión alguna, efectuaron a muy corta distancia del vehículo al menos cinco disparos” con sus armas reglamentarias, tal cual consta en el expediente judicial. Es decir, fue un fusilamiento, lo que se conoce como gatillo fácil.
A Roda los proyectiles le impactaron en la región lateral del hemitórax derecho, otro en región escapular izquierda y dos en la región deltoidea izquierda, que determinaron su muerte tras manejar durante algunos metros agonizando. Su mujer Virginia fue herida en el brazo derecho y su bebé, de milagro, salió ileso del brutal ataque policial.
La otra vertiente que está en pleno desarrollo investigativo es si hubo o no encubrimiento por parte del personal policial que participó del procedimiento, más allá de los nombrados.