El Gobierno de María Eugenia Vidal reglamentó el cambio en el horario de venta de bebidas alcohólicas, que ahora será hasta las 23 en toda la provincia de Buenos Aires. La medida, que había sido sancionada en diciembre por la Legislatura, contó con mayoría en ambas cámaras.
El texto sancionado por diputados y senadores y luego reglamentado por el Ejecutivo provincial dispone la prohibición de venta, expendio o suministro minorista a cualquier título, y la entrega a domicilio de bebidas alcohólicas, para ser consumidas fuera del establecimiento donde se realice la venta, expendio o suministro minorista a cualquier título a partir de las veintiuna (21) horas y hasta las diez (10) horas. Dicha prohibición regirá desde las veintitrés (23) horas hasta las diez (10) horas, entre el 1 de diciembre y el 30 de abril de cada año».
Según los fundamentos de la reforma, la restricción horaria vigente afectaba por un lado a la industria turística de la provincia de Buenos Aires, especialmente en las ciudades balnearias, en donde el buen clima y un anochecer más tardío hacen que los visitantes regresen de jornadas en la playa o al aire libre después de las 21 horas, por lo cual las cenas o salidas nocturnas se realizan casi siempre dentro del horario de prohibición de venta.
Pero también eso lleva a que, en la mayoría de los casos y sobre todo en los más jóvenes, se adquieran bebidas alcohólicas anticipadamente y en exceso «por las dudas», de manera tal que la venta y el consumo de alcohol se han incrementado en lugar de reducirse, contrariando directamente los objetivos de la ley original.