Alan Battaglino tiene 23 años y esperaba el colectivo para ir al gimnasio. Tenía en su poder un bolso con elementos personales para cambiarse y entrenar, como sus guantes de boxeo, y el celular en su mano para seguir el recorrido del transporte y monitorear su llegada a la parada de Ruta 1003 y Charlone, en la localidad de Libertad, en Merlo. Fue con el tiempo justo para no perder el micro y tampoco estar tanto tiempo aguardando el arribo.
Pero esos segundos entre que pisó la parada y llegó el colectivo fueron suficientes para que cuatro delincuentes lo atacaran con fines de robo. Según logró reconstruir Primer Plano Online, de un rodado bajaron los agresores y uno de ellos “le puso un arma en la cara” para exigirle la entrega de sus pertenencias. Así lo reveló a Primer Plano Online Hugo, el papá de la víctima.
“Él es cobani”, escuchó Alan que dijo uno de los malvivientes. En rigor, el muchacho es soldado voluntario del Ejército Argentino con destino en Campo de Mayo. Ahí nomás le metió un tiro a quemarropa, que ingresó por el costado del ojo derecho y lo dejó herido de gravedad. Un familiar de la víctima, que vive justo enfrente de ese lugar, escuchó salir un auto a toda velocidad y observó a un joven tambaleándose en la vereda.
“Soy Alan”, alcanzó a gritar, para que todos sus allegados corran para ayudarlo. De inmediato lo trasladaron al hospital Posadas en medio de un charco de sangre. “Pensamos que había sido un golpe, un culatazo, pero en el hospital nos confirmaron que tenía pólvora en el orificio. Le hicieron una tomografía y confirmaron el recorrido de la bala”, describió Hugo.
Según el informe médico, el proyectil que le dispararon “entró por el costado del ojo, astilló algunos huesos en su trayecto y dobló hacia el lado izquierdo para alojarse en la zona del cachete izquierdo”, señaló el papá de la víctima. Es decir, la munición ingresó al organismo del soldado por el lado derecho del rostro, hizo todo el recorrido y se alojó en el cachete izquierdo. No hay dudas que un balazo así constituye un intento de homicidio.
En todo momento Alan estuvo lúcido, salvo cuando debieron alojarlo en terapia intensiva e intubarlo porque había vomitado sangre. Ahora, el muchacho ya fue derivado al hospital Italiano, de Almagro, donde ya fue operado y ahora continúa con un proceso de recuperación que viene para largo. El soldado ya se despertó y conversó con su familia, a la espera de los próximos pasos.
“Siempre la vimos por la tele, ahora nos tocó a nosotros. Damos gracias a la mano de Dios que lo tenemos con nosotros y vamos a estar acompañando su recuperación”, reflexionó el papá del joven soldado para cerrar la entrevista. Por el hecho no hay detenciones hasta el momento: el caso es investigado por la Fiscalía Nº 2 del Departamento Judicial Morón.
