Cuando Leonardo Eugenio Gil (55) escuchó la frase supo que algo peor que lo que estaba viviendo iba a pasar. “Es rati, es rati”, le gritaron los atacantes, que circulaban en tres motos y lo emboscaron para robarle.
El efectivo viajaba vestido de civil en su moto particular cuando fue abordado en la intersección de Juan Manuel de Rosas con la calle Tokio, de Isidro Casanova, en La Matanza. Se dirigía rumbo a su trabajo en la comisaría de Altos de Laferrere, donde se desempeña. Había transitado apenas unas cuadras desde su casa.
Según pudo saber Primer Plano Online con fuentes de la investigación, la víctima recibió un disparo en la pierna cuando uno de los delincuentes advirtió que se llevaba la mano a la cintura para extraer su arma reglamentaria. Gritó la frase con la que arranca este artículo y, junto a sus cómplices, huyeron sin concretar el robo.
La vía de escape fue la calle Tokio en dirección a la avenida Cristianía. No se llevaron nada, pero quedó en el comisario la sensación de que pudo haber sido un desastre lo que enfrentó. Está muy fresco el recuerdo del crimen del gendarme López la semana pasada en El Palomar: todo indica que los asesinos le vieron el arma y lo ejecutaron sin darle tiempo a nada.
La ayuda de un transeúnte y una ambulancia privada
El comisario circulaba en su Honda modelo CB 250 de color blanco, negro y rojo y no le robaron nada. Tampoco alcanzó a disparar, porque los agresores huyeron a toda velocidad. Ensangrentado, el policía fue asistido por un ocasional transeúnte que pasaba por el lugar, que llamó al 911 y pidió asistencia.
El vecino le realizó un torniquete en la pierna, en donde la herida sangraba a cantidades, y luego un móvil del Comando de Patrullas de La Matanza se acercó al lugar. En esas circunstancias los agentes frenaron a una ambulancia privada que pasaba por el lugar y la médica a cargo decidió el traslado urgente al hospital Paroissien, donde el comisario fue estabilizado y de madrugada derivado a una clínica por su obra social. Se encuentra internado a la espera de su evolución, con un proyectil que le provocó orificio de entrada y de salida.
“Ingresó consciente, algo aturdido por la situación. Perdió mucha sangre y su cuadro es estable”, precisó una fuente de la pesquisa. La causa quedó caratulada como tentativa de robo agravado por el uso de arma de fuego y lesiones graves, y es investigada por el fiscal Adrián Arribas, de la UFI Nº 12 de La Matanza.