El 2 de agosto de 2018, una explosión en la escuela 49 de Moreno se cobraba la vida de la vicedirectora Sandra Calamano y del auxiliar Rubén Rodríguez y nacía lo que muchos en el distrito llamaron el ‘Morenazo’. Desde ese día, docentes, directivos, estudiantes, familias, organizaciones y sindicatos se organizaron para exigirles a las autoridades provinciales lo que desde hace años les venían negando: la transformación de escuelas-bombas en espacios dignos y seguros.
Hoy, a un año de la explosión, “hay 40 escuelas que todavía siguen sin calefacción por problemas de gas, calderas o aires acondicionados. En el resto, la situación es variada: hay obras que están bien hechas pero hay otras que se hicieron con muy mala calidad y ya están sufriendo las consecuencias”, aseguró Mariana Cattáneo, secretaria de Suteba Moreno. Este viernes, luego de una misa en el patio de la 49 para recordar a Sandra y a Rubén, la comunidad educativa del distrito volverá a reunirse en las calles marchando desde Las Catonas hasta el Consejo Escolar.
“La tragedia de Sandra y Rubén nos va a quedar marcada para toda la vida. Cada 2 de agosto va a ser más fuerte ese recuerdo”, describió el intendente municipal, Walter Festa, en conversación con el programa periodístico Primer Plano Recargado, en la que acusó de ausentarse al Estado provincial. “Se ha avanzado en algo, con mucha lentitud, pero falta muchísimo”, agregó, y utilizó los términos “abandono” y “desatención” para contar la experiencia que vivió con los funcionarios de María Eugenia Vidal.
Hoy, con una gran marcha, la comunidad educativa recuerda las dos muertes de trabajadores que se podrían haber evitado.