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martes, febrero 11, 2025
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Allanaron una cochería de Castelar tras la muerte de un abogado de Ituzaingó cremado en tiempo récord

La muerte de un hombre de 66 años en su casa; el descubrimiento del hecho por parte de su hermana, a la que no le respondía el teléfono; la descripción de un matrimonio vecino, que le contó a la mujer lo que había pasado con su familiar; el faltante de cosas en la propiedad; una cochería que realizó la cremación en tiempo récord; funcionarios policiales y judiciales que no pudieron explicar su actuación.

Si se meten todos esos elementos en una licuadora sale de allí la historia que cuenta a continuación Primer Plano Online, que empezó a investigarse este fin de semana tras la recopilación de pruebas realizada por la justicia luego de la denuncia presentada por la hermana de Ricardo Gorosito, un abogado domiciliado en la calle Teniente Bruza al 2800, del barrio Aeronáutico de Ituzaingó.

“El hombre falleció en circunstancias que se desconocen. Un funcionario judicial que no pertenece a las fiscalías fue quien se ocupó de que el tema avance rápido y consiguió una cremación exprés en Burzaco. Eso fue uno de los principales indicios para iniciar la investigación”, explicó a Primer Plano Online una fuente con acceso al caso.

Según pudo saber este medio, la seccional policial de Villa Ariza labró un acta que nunca comunicó a la justicia. Es decir, constató el fallecimiento y lo dejó asentado. Pero se ve que nadie contaba con la aparición de un familiar de Gorosito. Es que, de hecho, si no hubiera aparecido nadie, la historia no se estaría conociendo. “Era un hombre soltero, sin pareja estable y bastante solitario, que vivía en una casa humilde”, definió un investigador.

La casa de Ricardo Gorosito, sobre la calle Teniente Bruza al 2800 de Ituzaingó: lo que pasó allí es un verdadero misterio

La hermana llamó varias veces a Gorosito, pero el hombre no respondía el teléfono. Entonces el domingo 13 de diciembre a las 19 le pidió a su hijo que la lleve hasta la casa. Entró a la vivienda con un truco que conocía del portón, que le había explicado su hermano sobre cómo abrirlo si algún día le pasaba algo a él. Ingresó a la vivienda y no había nadie. Pero también notó que faltaban cosas.

La mujer salió a la puerta de la casa y se encontró con un matrimonio vecino. “¿No vieron a mi hermano?”, consultó. Allí le contaron que el hombre había muerto y le recomendaron que vaya a la comisaría de Villa Ariza, que es la que había intervenido. “Quiero saber qué pasó”, indagó al comisario de la dependencia. Las respuestas que recibió no la dejaron conforme.

A los pocos días, la mujer volvió a la casa, y corroboró que faltaban, entre otras cosas, una guitarra eléctrica, una notebook, el celular y el auto de Gorosito. Por tareas posteriores los investigadores lograron ver que el rodado circuló por Brandsen y Pringles el miércoles 16 de diciembre a las 15. Con todo eso, la hermana del abogado fallecido le dio curso a una denuncia para que se investigue qué pasó y quién se llevó las pertenencias.

Con todos los indicios reunidos, lo primero que hizo el fiscal Roberto Marcelo Tavolaro fue solicitar y obtener de la Justicia de Garantías una orden de allanamiento sobre la cochería Carlos Cucurull, de Castelar. Allí el funcionario logró recuperar las cenizas de Gorosito. Pero hay también sospechas sobre la extraña participación en el caso de un integrante de la justicia: según confirmaron fuentes con acceso al expediente se trata de Lautaro Antuña, auxiliar letrado de la Curaduría Zonal de Alienados de Morón.

La comisaría de Villa Ariza en la mira de la justicia por su intervención frente a la muerte del abogado

“Es quien apareció firmando los papeles para el retiro del cadáver por parte de la cochería y quien autorizó la cremación, porque se presentó como alguien de una Fiscalía. Llegó una ambulancia de Salud Protegida en la que una médica constató el fallecimiento y la Policía nunca informó del procedimiento realizado”, agregó la fuente consultada. El cuerpo tenía sangre alrededor de la cabeza y lo único que hay ahora incorporado al expediente son fotos.

Personal de la Policía Científica realizó un trabajo en la vivienda para intentar recopilar pruebas y reconocer huellas. Sin el cuerpo es todo muy difícil, pero hay algunos indicios para saber si se trató de un crimen. Lo que también hay son fuertes sospechas de que, como mínimo, se cometieron los posibles delitos de encubrimiento, hurto calamitoso (es decir, robarle a una persona fallecida), e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

“En pandemia hay lista de espera de por lo menos una semana para cremar gente por la pandemia. Es realmente muy extraño que se haya podido hacer la cremación tan rápido, en menos de dos días”, concluyó el investigador consultado. Los responsables de la cochería, si bien todavía no enfrentan una imputación formal, están también en la mira de la justicia.

Hay algunos datos más que se conocieron en las últimas horas. El primero es que el auto aún no apareció; el segundo es que las personas que actuaron el día en que murió Gorosito llegó a la comisaría la semana pasada y bajaron de su auto la guitarra eléctrica y la notebook del abogado. El otro tema, más inquietante aún: el hombre tenía una importante suma de ahorros en dólares. Guardaba el dinero en una lata, que cuando fue la mujer denunciante a la casa la encontró arriba de una mesa y destapada.

Es más: el servicio fúnebre fue abonado dólares que supuestamente el muerto tenía en su billetera. “Acá es claro que algo raro pasó”, reflexionó un vecino de Gorosito al ser consultado por Primer Plano Online sobre el caso. Será la justicia la encargada de dilucidarlo. Desde hoy la causa está en manos de la fiscal María Laura Cristini, de la UFI Nº 2 de Ituzaingó, que era la que estaba de turno al momento de la muerte del hombre.

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