Despegándose del kirchnerismo y marcando distancia de Cambiemos, gobernadores e intendentes bonaerenses del peronismo se abren paso en la carrera electoral con el lanzamiento de un nuevo espacio que quiere ser la segunda y “verdadera” renovación del PJ.
“La renovación está en marcha”, arengaron ayer los dirigentes en el subsuelo de la Casa de Chaco, donde estuvieron reunidos por casi una hora y media, entre chipás y facturas. El objetivo del encuentro era tener un primer contacto entre todos para acordar un discurso y una agenda común. La primera actividad ya tiene fecha: será el 6 de septiembre en un homenaje a Antonio Cafiero, histórico referente de la renovación peronista.
“No vamos a resignar nuestra vocación de poder para recuperar el Gobierno. Con nuevas metodologías y una propuesta progresista vamos a conformar un gran frente”, destacó el gobernador chaqueño Domingo Peppo. Con él estuvieron sus pares Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Casas (La Rioja), Rosana Bertone (Tierra del Fuego) y Carlos Verna (La Pampa). Con aviso justificado faltaron Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manuel Urtubey (Salta).
La renovación es la principal premisa que estipularon, a la vez que marcaron un límite claro: “No somos la pata peronista de Cambiemos”, disparó el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde y la frase hizo eco. El jefe comunal llegó junto a sus colegas Gabriel Katopodis (San Martín) y Juan Zabaleta (Hurlingham). También estuvieron presentes Fernando Gray (Esteban Echeverría), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Bali Bucca (Bolívar).
También estuvo el presidente del bloque FPV — PJ en Senadores, Miguel Angel Pichetto, y el presidente del bloque justicialista en Diputados, Oscar Romero. “La etapa del kirchnerismo fue larga e importante pero el peronismo tiene que recrear figuras nuevas y apostar a un recambio generacional”, declaró Pichetto.
Fue, antes que nada, una juntada de semblanteo, ya que muchos de los coroneles jamás habían cruzado palabra, porque en tiempos K la centralidad, cierta comodidad y algunos temores hicieron que no se armen redes nacionales de dirigentes. El propio PJ estuvo, de hecho, en hibernación.
Porque están todavía en gestación, esa segunda (tercera) renovación peronista produce un relato curioso: «No es contra nadie», es su mandamiento público para evitar que los acusen de ser un polo para dinamitar a Macri pero, a la vez, para que tampoco se dé por hecho que desprecian a lo que queda del FpV kirchnerista.