El caso que mantuvo en vilo hasta pasado el mediodía a Castelar finalmente terminó siendo una falsa alarma. No había bomba ni amenaza: lo que los especialistas de la Brigada de Explosivos encontraron en el lugar era… ¡una conservadora!
Fuentes policiales confirmaron a Primer Plano Online que la supuesta intimidación pública que se sospechó era, en rigor, una pequeña heladera portátil que contenía un envase plástico con alimentos, un repasador, un tenedor y un cuchillo.
Ese era el paquete que observó en la zona de cajeros y ameritó la llamada de la gerenta de la sucursal del Banco Francés, ubicada sobre la avenida Arias, entre Rodríguez Peña y Carlos Casares, pleno centro de Castelar. Todo sucedió minutos antes del comienzo de la atención al público.
