La Cámara Argentina de la Industria Óptica (CADIOA), destacó el operativo que desalojó la feria ilegal ubicada en el acceso a la terminal de ómnibus de Retiro, lugar en el cual se vendían “alrededor de 20 mil anteojos truchos por año” que eran “perjudiciales para la salud”, según estimaron.
“En la feria había más de 30 puestos donde tenían ofertas de anteojos graduados y de sol que eran dañinos para la salud y no tenían ningún tipo de control sanitario ni de calidad y evidentemente contrabando”, explicó Norberto Fermani, presidente de CADIOA. “Esperamos que a partir de medidas concretas se consiga que el comercio sea más transparente porque no se puede competir contra productos totalmente truchos y de contrabando”, agregó.
Además, Fermani señaló que “la Argentina tiene fronteras extremadamente extensas y evidentemente muy permeables para el contrabando”. Por este motivo consideró que “lo importante es el control del mercado interno; por eso hay que tratar de empezar a identificar todos estos puntos de venta de productos truchos para que haya un equilibrio y que los contrabandistas realmente se sientan contra la pared”.
Asimismo, el titular de CADIOA sostuvo que “no puede ser que estemos convalidando todo este tipo de comercio» y subrayó: “es increíble que estemos conviviendo con el contrabando de anteojos en cada paso que damos”. El dirigente ejemplificó con lo que sucede sobre la avenida Pueyrredón, entre Libertador y Belgrano, donde en un relevamiento hecho por la entidad “hemos detectado entre 22 y 25 comercios que venden anteojos evidentemente truchos y de contrabando y están expuestos directamente a todo el que pase por la calle”.
En esta línea, Fermani indicó que el comercio ilegal no tiene reparos ni distinciones geográficas. “Alrededor de Tribunales existen comercios que venden anteojos de contrabando. En la Costa Atlántica se venden alrededor de 2 millones de anteojos truchos por año. Por otro lado, está la venta por internet que permite enmascarar a bandas que comercializan estos productos”, sentenció Fermani.
El empresario concluyó: “hoy tenemos una gran herramienta, que es que el anteojo tiene trazabilidad y que con solo agarrar el producto y mirarlo, cualquier inspector o cualquier usuario medianamente informado se da cuenta que ese producto es de contrabando o es ilegal”.