Un juicio desarrollado ante el Tribunal Oral Criminal Nº 4 de Morón se resolvió con la absolución por el beneficio de la duda para el acusado de un crimen y de una mujer integrante de la Policía de la Ciudad que intervino, forzada por vecinos, para frenar la reyerta entre ambos.
El hecho, que fue publicado en su momento por Primer Plano Online, ocurrió el 22 de enero de 2021 en la vereda de una vivienda ubicada sobre la calle Bustamante y Guevara al 2600 de Villa Tesei, en Hurlingham. Todo se originó por la acusación de un vecino, Elías Ezequiel Caruso (29) contra el dueño de la finca, Héctor Baltazar Suárez (83) por presuntamente haber mirado a su pequeña hija, de apenas cuatro años en ese entonces. El intercambio verbal derivó en un combate a golpes.
Lo que llegó como hipótesis al debate, que estuvo a cargo de los jueces Carlos Torti, Rodolfo Castañares y Juan Carlos Uboldi, fue que tras el intercambio verbal Suarez -un vecino sobre el cual había rumores de ser abusador de menores- entró al domicilio corriendo y que Caruso ingresó detrás suyo. Ahí dentro se produjo una pelea entre ambos que terminó en la vereda, cuando el hombre mayor cayó herido producto de una herida cortante en la arteria ilíaca izquierda. De todos modos, que el acusado por el crimen haya accedido al domicilio de la víctima es algo que no pudo probarse.
Fue en esas circunstancias que apareció en escena la mujer policía. Saucedo Cabral, que vivía a pocas cuadras del lugar, regresaba a su domicilio a bordo de su auto y fue interceptada por vecinos, quienes le exigieron que intervenga para frenar la pelea. Cuando irrumpe en la secuencia, testigos declararon que Suárez, ya ensangrentado, se fue encima de la agente con un cuchillo en la mano, mientras ella le pedía a gritos que cese su actitud.
“Disparó dos veces contra el piso para intimidarlo y luego le pegó también balazos en las piernas. En total gatilló ocho veces, pero se probó que ninguno de esos tiros fueron los que provocaron el deceso de Suárez”, precisaron fuentes judiciales consultadas por Primer Plano Online. Además, por el poco aporte brindado por los testigos, que se excusaron en no recordar lo que había sucedido, la reconstrucción del hecho fue muy compleja en el juicio.
EL ALEGATO DEL FISCAL
“Yo estoy convencido que Caruso fue quien lo apuñaló, porque sino tiene que haber sido un duende. Pero no puedo probar que le dio una cuchillada, si ingresó a la casa o si la herida fue causada por un corte con uno de los vidrios del ventanal”, explicó en su alegato el fiscal Patricio Pagani. A partir de lo que se ventiló en el debate, y por el beneficio de la duda, que siempre juega en favor del imputado, no hubo acusación en su contra y recuperó su libertad tras más de tres años preso.
En cuanto a la mujer policía, que llegó acusada por exceso en legítima defensa de terceros, la justicia también la absolvió, porque consideró que actuó con las herramientas que le brinda su capacitación como integrante de la fuerza de seguridad. Los testigos afirmaron que ella gritó “alto, policía” y le dio la orden a Suárez de desprenderse del cuchillo que tenía en su mano, pero el hombre no lo hizo y se le abalanzó encima.
Lo que se sospecha es que ya el fallecido estaba herido de muerte y atravesando un shock hipovolémico a punto de perder la conciencia. De todos modos, la oficial actuó como indica el protocolo: si después de advertir el agresor (o presunto) no depone su actitud y ve peligrar su propia vida gatilló su arma reglamentaria. De los proyectiles que disparó, uno pegó en la mano de Suárez, otro en un brazo y el resto de la cintura para abajo, ninguno con intenciones de dar muerte: tenía en su cuerpo ocho impactos de bala.
Melanie Saucedo Cabral estuvo presa un día acusada del homicidio de Suárez, pero la autopsia determinó que el causal de la muerte no fueron sus disparos y automáticamente fue liberada aunque no desvinculada de la causa. Esa secuencia quedó registrada en el video captado por la cámara de seguridad de un supermercado chino ubicado enfrente del lugar del deceso.