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lunes, febrero 10, 2025
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EXCLUSIVO El aberrante relato de la violación que padeció la adolescente a manos del pastor evangélico en Morón

“Sentía respeto por él porque era una persona mayor y mi papá lo conocía de hacía mucho tiempo”. A., inicial de fantasía que usará Primer Plano Online para identificar a la víctima del pastor evangélico detenido en Morón, le dio marco a cómo fue la violación que padeció y que terminó con la detención de Juan Alberto Schmidt, sobre quien la justicia continúa por estas horas recopilando denuncias.

Como informó este medio, la joven fue sometida sexualmente en una vivienda de la calle Ríos Gallardo al 1.500, entre Avellaneda y Santa Teresa, donde fue arrestado por personal de la DDI Morón tras una orden emanada por el juez Ricardo Fraga, del Juzgado de Garantías Nº 2 a solicitud de la Fiscalía Nº 5 de los fiscales Claudio Oviedo y Marisa Monti. Lo que reconstruyó este medio ahora es cómo fue el relato de la víctima que terminó con el pervertido tras las rejas.

Schmidt y el papá de la adolescente tenían relación desde hacía más de 15 años. El padre de A. lo conoció luego de separarse de la madre de sus hijas, cuando no estaba pasando un buen momento anímico. Desde entonces comenzó a ser “ministrado” por el religioso, quien le explicó que el proceso para sanar consistía en ir confesando los pecados y reconociendo las fallas para que Dios vaya perdonando y así mejorar la vida personal.

Desde esa convicción es que papá llevó a su hija a profesar el culto al que él asistía, sobre todo cuando empezó a verla mal con el ingreso a la adolescencia y de sufrir casos de bullying en la escuela. No se trataba de las clásicas reuniones tipo misa los domingos: las llamadas ministraciones Schmidt las realizaba en las casas de las y los feligreses que lo seguían. El proceso de iniciación fue con el objetivo de “sacar mis demonios con la palabra”, según confesó la víctima.

La chica dejó de ver al pastor por casi un año y medio, ya que las reuniones se hacían en otras viviendas y acudía su papá pero sin ella. Esos encuentros eran los sábados y un día volvió a ir junto al padre. Para noviembre de 2021 esos cónclaves tuvieron a su familia como anfitriona nuevamente, y ahí retomó el vínculo con Schmidt.

“Yo no sentí que tenía que tener una relación con él como la que tenía mi papá. Sí sentía respeto por él porque era una persona mayor y lo sentí como representante de Dios. Me daba tareas como leer la biblia y adorar a Dios cantando”, declaró la víctima. En esas charlas ella le confesó que no estaba bien y ahí fue cuando el degenerado puso su mirada definitivamente en ella, porque esa confesión dio lugar al acoso que vino luego.

Primero con la invitación a conversar por WhatsApp, a la que la joven accedió. “Hasta que un día me llamó y me dijo que no le diga a nadie y vaya para la estación de Morón así nos encontrábamos”, relató la chica. “Mi papá se sorprendió mucho, pero terminó aceptando”, se explayó. Se encontraron, conversaron, ella le contó algunas cosas suyas y el pastor “reaccionó de un modo que me hizo pensar que había hecho algo mal y que necesitaba ayuda”.

Después de ese diálogo Schmidt le empezó a insistir para conversar de noche “así papá no escucha lo que hablamos”. La víctima describió que le incomodaba “que las conversaciones no hayan sido de religión”, sino que habitualmente él le preguntaba sobre sus gustos musicales o la comida que le gustaba. “Insistía en que Dios estaba apurado”, reveló la adolescente, que era invitada a mentirle al papá sobre el tipo de conversaciones que mantenía con su ministrador.

De tanto reclamarle en esas charlas vía celular, y con la excusa del apuro de Dios, A. terminó yendo a la casa de la calle Ríos Gallardo. Hay un dato que impacta sobre su descripción: cuando llegó vio los autitos y otros juguetes de los hijos del pervertido y las plantas de la esposa. Los días previos al viernes en que se consumó la violación el pastor le venía diciendo que vaya y no falte porque iba a pasar “algo importante”. Recordó que estaban los hijos, que le sirvió café y la llevó a la habitación matrimonial, donde había una cama de madera y un colchón en el piso.

A continuación cerró la puerta y empezó lo peor. “Me decía que yo tenía que confiar en Dios, y me decía que tenía que tocar las partes de mi cuerpo, pero yo no quería”, indicó la chica. “Pero insistía en que no había otra forma para salvar mi alma. Me tenía que sacar toda la ropa, incluso la interior, y ponerme un vestido rojo. Me quedé en shock y terminé accediendo. Me dijo que me acueste y que diga unas palabras tipo una oración”, siguió. Tan espantoso como se lee.

Luego el pervertido se acostó a su lado, la tocó por debajo del vestido y completó el abuso sexual. Después de eso, Schmidt salió de la habitación para ver cómo estaban los menores a su cargo mientras ella fue al baño. Y lloró “por un rato largo”. Luego el pastor la acompañó a tomar el colectivo. “Me dijo que no dijera nada porque él tampoco iba a hacerlo y a raíz de eso yo iba a ser salva”, cerró la víctima.

La chica volvió a su casa, estuvo encerrada y deprimida, a punto tal de ni siquiera comer con la excusa de un dolor de panza. Pero luego, de semejante angustia, le contó todo lo padecido a su hermana, y es ella quien le recomendó que haga la denuncia urgente. Fueron primero a la Comisaría de la Mujer y la Familia de Moreno, desde donde la derivaron a Morón. Así comenzó la investigación que terminó con la detención del pervertido.

Mientas Schmidt se negó a declarar en orden a los delitos que se le imputan, que son abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por un ministro de culto religioso y sigue detenido, desde la Fiscalía informaron que existe un correo electrónico para realizar presentaciones si hay alguna persona más que haya padecido abusos. El mail es [email protected].

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