La Cámara de Diputados aprobó hoy en general por 129 votos a favor y 125 en contra, con una abstención, la legalización del aborto, en medio de los aplausos de los legisladores que impulsaron el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, y comenzó a debatir cada artículo en particular. Luego de casi 24 horas de una histórica sesión, ahora la iniciativa llegará al Senado, en donde puede recibir la sanción definitiva, ser modificado o rechazado de plano.
Hubo dos momentos de tensión al cierre de la votación: primero con el reclamo de dos legisladores que manifestaron su voluntad negativa pero el sistema la había tomado como positiva, por lo que el resultado final se modificó en cuanto al cómputo pero no en cuanto al respaldo, que bajó de los 131 afirmativos de origen a los 129 en que terminó. El otro tramo sonó a una suerte de amenaza de Elisa Carrió, quien pidió la palabra y aseguró: “hace 40 años estudio este tema. Y quiero aclarar que no hablé para mantener la unidad de Cambiemos”.
Como se esperaba, la jornada estuvo marcada por el pulso de los indecisos, que definieron la votación cuando la discusión llegaba a su final. Fue así que, con poco margen, la norma se aprobó. Los números fueron variando durante todo el día. En todo momento siempre se impuso el rechazo al proyecto, pero un anuncio de Jorge Ziliotto, pampeano del bloque Justicialista, revirtió el «poroteo» para el lado de la interrupción voluntaria del embarazo. El diputado anticipó que Melina Delú y Ariel Rauschenberger, también de La Pampa, votarían a favor. Esto cambió todo el panorama, porque tanto Delú como Rauschenberger eran considerados como votos en contra.
Pero la brecha se fue achicando poco a poco a lo largo de la jornada. Cerca de la medianoche, se supo que los indefinidos Jorge Franco (Frente de la Concordia Misionero) y Héctor Stefani (Cambiemos) votarían a favor. Y también trascendió que el radical José Luis Riccardo, que había anticipado su abstención, acompañaría. El momento de mayor incertidumbre fue cuando Gustavo Garretón (Cambiemos) anunció que votaría en contra. Eso pareció el golpe de gracia para los por aborto. Muchos lo contaban a favor y, en ese momento, el voto en disidencia inclinó la balanza. Luego sucedería lo de los pampeanos.
Todo giró en torno a este conteo. Dentro del recinto el debate fue muy relajado y los diputados se encargaron de trabajar afuera, convenciendo y buscando adhesiones. No hubo cruces, agresiones ni momentos tensos. Algo fuera de lo común, sobre todo para un tema que divide tanto a la sociedad. Y otro valioso aporte al debate político: la grieta pareció zanjarse por un rato, dado que entre legisladores de Cambiemos, del kirchnerismo y demás fuerzas hubo elogios cruzados y aplausos al aporte que cada espacio realizó en pos de la norma.